La práctica de campo que realizamos hace unos meses fue una actividad que consistía en descifrar unas pistas que nos llevarían a las diferentes tipologías arquitectónicas de la huerta valenciana.

Yo en lo personal aprendí mucho de esta tarea ya que no sabia practicante nada de la historia de las construcciones de la huerta como las barracas o las alquerías, aprendí su función, su historia y su construcción de una forma muy didáctica y amena.

Pero no solo aprendí sobre las construcciones arquitectónicas sino sobre la huerta en general, descubrí que a tan poca distancia de la ciudad se encontraba un mundo totalmente distinto y a la vez tan necesario, no solo por la alimentación que nos proporciona sino por la historia que mantiene viva de Valencia.

Esta practica me interesó tanto que por el momento llevo dos libros leidos sobre la huerta valenciana, «Arquitectura Popular Valenciana» y «Arquitectura rural valenciana».

En conclusión, creo que este tipo de actividades son mucho mas didácticas para los alumnos que dar clase en un aula ya que esta demostrado que si aprendes algo mientras disfrutas de ello lo interiorizas con mucha mayor facilidad.